Hace mucho tiempo dejé de sentirme persona al ir a un cine. Hoy tuve la grata experiencia de asistir a los cines del Siglo XXI y vinieron a mi mente viejos recuerdos de cuando era pequeña y mis papás nos llevaban a mi hermanito y a mi al Infantilandia, al Cantarell, al Colón,al cinema 59 y al Rex, fué hace casi 20 años.
Desde que entré sentí ese dulce olor de las golosinas, combinado con el de las palomitas que salían de la vieja máquina que me parecía muy familiar; y no aquellas sofisticadas maquinarias que ahora fabrican palomitas que light, o mas saladas de lo normal o que de plano estan dzat's desde antes de que empiece la función, tan grasosas que terminan pegandose en el paladar.Hacia tanto que no veía los sandwiches de pan bimbo a los que les poniamos mayonesa a nuestro antojo y que ademas le metiamos palomitas para que estuvieran mas sabrosos. ¿bolsitas de palomitas? pensé que se habían extinguido y me encantó porque asi no salgo empanzada y tirando la mitad de la caja que la vendedora me ensartó con aquello de que por 5 pesos mas te llevas el tamaño siguiente. Los refrescos no son tan grandes, eran como los de mi época (claro que si asi lo deseas hay tamaño jumbo).
Los baños están impecables, la sala huele a vainilla, si a vainilla, pues si son fijados, se daran cuenta que todo el pasillo tiene aromatizantes electricos que impregnan el ambiente y eliminan el olor a humedad y otros mas desagradables, que se acumulan el la alfombra o los tapices y butácas.
Pero les voy a decir, lo que ganó mi corazón de plano, fué la calidez del servicio; había olvidado la sonrisa de las personas que te atienden en la taquilla y no se diga en la dulcería, esas personas lejos de presionarte para que compres lo mas caro, hasta te sugieren como puedes combinar todo lo que te quieres comer para no gastar tanto. Platican contigo, te dan las gracias, te explican donde estan los aderezos, etc... pero sobre todo, esas sonrisa que llevan en los labios, no importándoles que esten muchas horas de pie atendiendo a cientos e personas, entre confundidas (porque no saben escoger,) mal humoradas (porque andan a la defensiva), incredulas (como yo porque no me explico que les dieron para tratarnos bien). Estaba tan acostumbrada a ser un ticket mas en el cine, a ver esas caras de enojadas, de que no quieren ya ni atenderte, o verlos hacerse a los tontos mientras nosotros estamos desesperados viendo el reloj a cada instante para que no nos perdamos los cortos o de plano entremos a media película.
Ahora bien, este complejo de cines no pertenece a la iniciativa privada, es del Gobierno del Estado, cosa muy pero muy rara, porque si bien no es negocio de Cultur mantener cines o al menos no estamos acostumbrados a ver que lo hagan en otros estados, yo si puedo decirles que mejoráron muchísimo en comparación a cuando en su tiempo fueron de la iniciativa privada. Se preocupan por las personas, nos dan la atención de clientes y no son un asalto a mano armada como muchos otros cines (y minimo si nos van a asaltar, ¿no seria mejor que lo hicieran con la sonrisa en los labios?,) .
Hoy sinceramente, no solo disfrute una magnifica película, que ya mañana reseñaré, sino que me pase un rato tan agradable, que creanme, me costo mucho trabajo no darle un abrazo a cada una de las personas que me atendió para decirles: GRACIAS, GRACIAS POR HACER MI DOMINGO TAN ESPECIAL Y FELIZ, GRACIAS POR VERME COMO ALGO MAS QUE UN TICKET DE CINE, GRACIAS POR PREOCUPARTE PARA QUE YO ME SIENTA A GUSTO.
TONDO DONI
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